En una situación tan dramática como una pandemia provocada por una nueva enfermedad respiratoria de carácter muy contagioso, es muy importante optar por protegerse de manera consciente, ya que nuestra propia seguridad y salud, así como las de nuestro entorno, están en juego a diario. Cuanta más información se tenga a disposición al respecto, mejores decisiones individuales y colectivas serán tomadas contra la COVID-19.

En este sentido, es esencial conocer los tipos de mascarillas respiratorias existentes, sus características técnicas como la filtración, y siempre cerciorarse de que han sido fabricadas bajo normas y certificaciones que garantizan su calidad y eficacia.

Según la eficacia de filtración del aire espirado e inspirado que proporcionan, encontramos tres tipos distintos de mascarillas respiratorias:

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Mascarillas higiénicas o de barrera

  • No son un Producto Sanitario (PS) ni un Equipo de Protección Individual (EPI).
  • Proporcionan una eficacia muy limitada contra la prevención del contagio por Coronavirus a quien la porta, ya que su principal cometido es filtrar el aire espirado, es decir, de dentro hacia afuera.
  • En esta línea, la Eficiencia de Filtración Bacteriana (EFB) que ofrece una mascarilla higiénica se sitúa en un 90% o superior.
  • Existen dos tipos de mascarillas higiénicas: las desechables tras su uso y las reutilizables.

Mascarillas quirúrgicas

  • Son consideradas un Producto Sanitario (PS) pero no un Equipo de Protección Individual (EPI).
  • Actúan de barrera evitando la propagación de gotículas cuando la persona que la lleva estornuda o tose. La filtración del aire brindada es del aire espirado. Por lo tanto, su eficacia a la hora de evitar el contagio a quien la porta es limitada.
  • Según la Eficiencia de Filtración Bacteriana (EFB) que ofrecen, encontramos dos tipos distintos de mascarillas quirúrgicas. Las de tipo I proporcionan una EFB igual o superior al 95%, mientras que las de tipo II proporcionan una EFB igual o superior al 98%. En esta línea, es preciso destacar la existencia de un tercer tipo (IIR), aquellas del tipo II que, además, son resistentes frente a salpicaduras de fluidos como sangre.

Mascarillas autofiltrantes

Son Equipos de Protección Individual (EPIs), y, por lo tanto, deben garantizar su cumplimento con el Reglamento de la Unión Europea 2016/425.

El nombre que este tipo de mascarillas ha recibido se debe al filtro de micropartículas del que están dotadas. Gracias a este filtro de micropartículas, el usuario está altamente protegido contra la inhalación de aerosoles y partículas patógenas, entre ellas, portadoras de virus (como el coronavirus). Así mismo, también ofrecen una filtración del aire espirado, protegiendo al entorno de quien las porta, en caso de que éste esté contagiado. Esta protección en ambos sentidos es lo que las convierte en Equipos de Protección Individual (EPIs), a diferencia de una mascarilla higiénica o quirúrgica, como veníamos comentando.

En base a su capacidad de filtración de partículas, las mascarillas autofiltrantes se clasifican en tres grupos diferentes:

FFP1

Disponen de un filtro de partículas del tipo P1. Proporcionan, como mínimo, una eficacia de filtración del 78% y una fuga hacia el interior de la mascarilla total máxima del 22%. Es preciso mencionar que este tipo de mascarillas no aseguran una protección eficaz contra agentes transmisores de infecciones.

FFP2

Disponen de un filtro de partículas del tipo P2. Como mínimo proporcionan una eficacia de filtración que se sitúa en un 92% y una fuga hacia el interior de la mascarilla total máxima del 8%. Su uso está recomendado para evitar la inhalación de aerosoles de baja o media toxicidad.

FFP3

Disponen de un filtro de partículas del tipo P3. Proporcionan, como mínimo, una eficacia de filtración que se sitúa en un 98% y una fuga hacia el interior de la mascarilla total máxima del 2%. Dada su alta capacidad de filtración y protección, las mascarillas del tipo FFP3 se recomiendan para prevenir la inhalación de aerosoles clasificados como altamente tóxicos.

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Diferencia relevante en la filtración proporcionada por una mascarilla higiénica, una quirúrgica y una autofiltrante

Tras haber hecho mención a la eficiencia de filtración de cada una de las mascarillas de protección respiratoria, es oportuno recalcar lo siguiente; aunque bien es cierto que la Eficiencia de Filtración Bacteriana (EFB) que las mascarillas higiénicas y quirúrgicas ofrecen es superior al 90%, nunca serán más protectoras que una mascarilla del tipo EPI, ni siquiera que las FFP1, cuya Eficiencia de Filtración de Partículas (EFP) se sitúa en un 78%.

Para comprender el porqué, es imprescindible conocer las diferencias entre la Eficiencia de Filtración Bacteriana (EFB) y la Eficiencia de Filtración de Partículas (EFP):

La Eficiencia de Filtración Bacteriana (EFB), ofrecida por mascarillas higiénicas y quirúrgicas, mide la capacidad de la mascarilla para evitar la propagación de bacterias de tamaño de partícula clasificado como medio, es decir, de unas 3,0 micras de diámetro, expulsadas por el portador de la misma.

Por otro lado, la Eficiencia de Filtración de Partículas (EFP), ofrecida por mascarillas de tipo EPI (FFP1, FFP2, FFP3), evalúa la eficiencia de retención de partículas submicrómicas. Para medir tal eficacia se emplean partículas de 0,1 micras de diámetro como mínimo. Por tanto, dado que el SARS-CoV-2 tiene un tamaño de entre 0,05 y 0,2 micras, las mascarillas de tipo Equipo de Protección Individual (EPI) son dispositivos mucho más eficaces en la protección frente al contagio por Coronavirus.

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Virus y bacterias: diferencia de tamaño

Pese a que tanto los virus como las bacterias se traten de microorganismos, es decir, organismos solamente visibles al microscopio, ambos presentan dimensiones muy diferentes. Es más, para observarlos se necesitan microscopios de potencia muy distinta; en el caso de las bacterias, un microscopio óptico sería suficiente, sin embargo, para poder observar los virus necesitamos un microscopio electrónico, un dispositivo muchísimo más potente en comparación. Esta particularidad deriva del hecho de que el tamaño de las bacterias es hasta 200 mayor al que presenta el virus típico.

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¿Cómo filtran el virus las mascarillas?

Más allá de lo que pueda parecer, los mecanismos que intervienen en la filtración brindada por una mascarilla de máxima protección respiratoria son mucho más complejos que los de un simple tamiz. Es más, podemos hablar de cuatro distintos mecanismos de captura de partículas: intercepción, inercia, difusión y carga electrostática.

Para contextualizar y poder comprender los mecanismos, primero es importante saber que las mascarillas de máxima protección están dotadas de distintas capas compuestas por fibras entrelazadas entre sí. De este modo, cuando cada capa es atravesada por un flujo de aire, los pequeños huecos que las fibras dejan entre sí, consiguen separarlo en distintas líneas de flujo de aire.

En este sentido, el mecanismo de intercepción se da cuando el radio de una determinada partícula que está siendo arrastrada por una línea de flujo de aire es mayor al radio de la pequeña separación existente entre las fibras. Como consecuencia, la partícula quedará inmediatamente adherida a la fibra.

En el caso de las partículas de mayor tamaño (> 1 µm), éstas no suelen seguir las líneas de flujo de aire, ya que debido a su tamaño tienden a tener más inercia. De este modo, éstas continuarán con una trayectoria en línea recta por mucho que el flujo de aire que las contiene intente arrastrarlas con ellas al rodear las fibras. De esta forma, las partículas de mayor tamaño colisionan de lleno con las fibras, dando lugar al mecanismo de captura por inercia.

Por último, al igual que las partículas más grandes, las de menor tamaño (< 0.1 µm) tampoco suelen seguir la trayectoria de las líneas de flujo de aire. Debido a su poco peso y los persistentes impactos con las moléculas del aire, su movimiento es browniano, siguiendo trayectorias desordenadas e imprevisibles. De esta forma, debido a una actividad de difusión mayor, la probabilidad de que choquen y se adhieran a una fibra al pasar cerca de ellas incrementa.

Tras la observación de estos tres mecanismos, se ha llegado a la conclusión de que la filtración es más eficaz cuando se trata de partículas muy pequeñas o aerosoles, o más bien grandes. En cambio, para las partículas de un tamaño intermedio (entre 0.1 – 1 µm) la eficacia disminuye ligeramente.

No obstante, las mascarillas respiratorias de máxima protección están diseñadas para atrapar las partículas medianas en un muy alto porcentaje. Las fibras que componen las capas de filtración están constantemente polarizadas (un lado contiene toda la carga negativa, y el contrario toda la positiva). Gracias a la existencia de un campo eléctrico, las partículas que no cuentan con carga eléctrica pueden desarrollar internamente un desequilibrio eléctrico que desencadenará en una posterior atracción a la fuente del campo eléctrico.

Dada la carga eléctrica de los filtros que componen una mascarilla de máxima protección, su eficacia a la hora de atrapar partículas medianas es 10 veces mayor. Es más, cuando se habla de la eficacia de filtración de una FFP2 (92%) o una FFP3 (98%), ésta se refiere a la filtración de partículas medianas, ya que la eficacia de retención de partículas grandes y pequeñas de este tipo de mascarillas se sitúa en casi un 100%.

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¿Por qué la mascarilla autofiltrante del tipo FFP3 es la mejor?

Primero de todo, es importante insistir en que las mascarillas autofiltrantes (FFP1, FFP2, FFP3), a diferencia de las quirúrgicas o higiénicas, son Equipos de Protección Individual (EPIs), cuya eficiencia de filtrado de partículas submicrómicas es evaluada mediante el empleo de partículas de 0,1 micras de diámetro como mínimo y cuyo diseño está pensando para crear un sello protector entre la cara del usuario y el entorno. Además, es importante mencionar que una mascarilla del tipo EPI se caracteriza por brindar una protección en ambos sentidos, protege a quien la porta de inhalar partículas submicrómicas patógenas del ambiente, así como a su entorno, de manera altamente eficaz.

En cambio, las mascarillas quirúrgicas o higiénicas no sólo no brindan una alta protección frente al Coronavirus en ambos sentidos sino que su eficiencia de filtración sólo mide la capacidad de la mascarilla para bloquear el paso de bacterias de dentro hacia fuera. Además, es esencial recalcar que las mascarillas del tipo higiénicas o quirúrgicas están diseñadas de manera que siempre quedan huecos entre la mascarilla y la cara del usuario. Esto implica que todo el aire que se escape al exterior o se fugue al interior de la mascarilla por esas zonas, no habrá sido filtrado, poniendo en riesgo al usuario y su entorno.

Una vez dentro del grupo de las mascarillas autofiltrantes parece oportuno comentar que aunque bien es cierto que tanto las mascarillas del tipo FFP2 como las FFP3 ofrecen una protección respiratoria efectiva frente al contagio por SARS-CoV-2 cuando se llevan correctamente ajustadas, las FFP3 brindan con diferencia una mayor seguridad. En términos numéricos, la diferencia de eficacia de filtración de una FFP3 en comparación con una FFP2 puede parecer ligeramente superior. No obstante, en materia de seguridad y protección, es una gran diferencia. Desafortunadamente, hay mucho en juego, y, en la medida de lo posible, hay que optar por mascarillas que nos brinden la máxima protección a nosotros y a nuestro entorno.

Es el caso de la mascarilla de fabricación española y certificación europea (UE) Galmask FFP3 de la Tienda Online Ozono y Salud.

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Otras medidas de protección eficaces contra el coronavirus

A parte de las tres medidas estrella contra el SARS-CoV-2: uso de mascarillas respiratorias adecuadas y homologadas, frecuente lavado de manos y la distancia social, existen otro tipo de medidas y tratamientos, en este caso de higiene ambiental, que van mucho más allá y suponen un gran complemento de seguridad y protección frente al contagio por la COVID-19. Hablamos de los purificadores de aire con tecnología HEPA y los generadores de ozono.

  • Purificadores de aire dotados de filtros HEPA

No es casualidad que la demanda de purificadores de aire dotados de filtros HEPA haya crecido enormemente desde el principio de la pandemia, y es que son equipos de alta filtración ambiental cuya eficacia se sitúa en un 99,97%. Tal eficacia explica que HEPA sea acrónimo de “High Efficiency Particle Air”, es decir, filtro de partículas del aire de alta eficiencia.

En este sentido, un purificador de aire HEPA es capaz de atrapar y hacer desaparecer del aire interior todo tipo de partículas contaminantes en suspensión: alérgenos (ácaros, polvo, polen), partículas y aerosoles (portadores de gérmenes, bacterias y virus como el coronavirus), humo, contaminantes… de hasta 0.3 micras. Por tanto, gracias a prevenir la inhalación de partículas contaminantes y patógenas que resultan perjudiciales para todos en mayor o menor medida, constituye una medida de higiene ambiental que repercute directa y positivamente en la calidad de vida de cualquier persona, siendo especialmente beneficiosa para alérgicos y personas que sufren de enfermedades respiratorias previas.

En el caso de los purificadores de aire HEPA de la Tienda Online Ozono y Salud, éstos están dotados de otro tipo de tecnologías (carbón activado, luz UV…) que sinérgicamente junto a la filtración proporcionada por los filtros HEPA los convierte en potentes equipos de filtración ambiental.

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  • Generadores de ozono

Los generadores de ozono de la Tienda Online Ozono y Salud, por su parte, ofrecen tratamiento de desinfección de interiores y superficies, disminuyendo el riesgo de contagio de enfermedades respiratorias tanto por inhalación como por fómites.

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Protégete a ti y a los tuyos frente al Coronavirus y la COVID-19

-> Con las mejores mascarillas (mascarillas FFP3  y mascarillas FFP2), que logran filtrar aerosoles y protegen a quien las lleva. Mascarillas respiratorias EPI de máxima calidad y homologadas UE.

-> Higienizando el ambiente de las estancias de tu hogar con los purificadores de aire con filtro HEPA y los ozonizadores domésticos. Los espacios cerrados de tu casa (salón, habitaciones, cocina, baño, trasteros...)  serán más seguros y saludables, dado que eliminan virus, mohos y bacterias, bajando la carga microbiológica ambiental.

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